DQ: «Dices ‘kárate’ y se creen que sólo es pegar una patada»

Damian Quintero Karate Olimpico 2020

Quintero se acaba de proclamar campeón de la Liga Mundial de esta disciplina por segundo año consecutivo.

En 2015, se convirtió en el primer español en lograrlo

 

A Damián Quintero le avala un largo historial de éxitos. Es el actual campeón de Europa de kárate -título que ha alcanzado en hasta en siete ocasiones-, consiguió el oro en los pasados Juegos Europeos de Bakú y también se subió a lo más alto del podio en el último Campeonato Mundial en la modalidad de katas por equipos. Por si fuera poco, acaba de proclamarse vencedor de la Liga Mundial por segundo año consecutivo (en 2015, supuso toda una gesta al ser el primer español en lograrlo) y es el número uno del ránking absoluto. Pero, pese a triunfar en uno de los deportes más populares en los colegios españoles, para la gran mayoría es un desconocido.

Quintero (Buenos Aires, 1984) llegó a Torremolinos a los seis años desde Argentina y aquí descubrió su amor por el kárate. Tanto le apasionó, que fue progresando y ganando campeonatos hasta que con solo diecinueve años llegó a la selección absoluta. Entonces, se trasladó a la capital donde compaginó deporte y estudios hasta lograr el título de ingeniero aeronáutico. Era imprescindible tener un apoyo económico ya que tradicionalmente la Federación Española de Kárate no ha tenido fondos suficientes para sacar a todo el equipo a las diferentes pruebas del circuito mundial, algo necesario si se quiere estar arriba. «O tienes mucho dinero tú o tienes a una federación muy fuerte, y aquí eso no pasa. Así que básicamente lo hacemos nosotros como podemos», explica.

Por suerte, el karateka encontró trabajo en una prestigiosa firma internacional que le dio horarios preferentes y la disponibilidad para progresar como deportista. En enero de 2015 y después de tres años y medio compatibilizando ambas facetas, decidió tirarse a la piscina. «Cogí una excedencia porque me era imposible compaginar el trabajar ocho horas por la mañana y después entrenar con la calidad y el descanso suficiente. La excedencia me cumple en diciembre de este año, pero me la jugué y me ha ido bien así que creo que tiraré hasta donde pueda y ahora más con la entrada del kárate en los Juegos Olímpicos».

También fichó por el Al Ahli Club de Dubai a principios del pasado año y asegura que gran culpa del título de Liga que acaba de conseguir se debe a ello. Gracias al apoyo económico que le aporta el equipo ha podido disputar seis de las diez pruebas que componen el circuito. La última, los días 24 y 25 de septiembre en Hamburgo. En ella se hizo con la plata, suficiente para proclamarse campeón por puntos y ahorrarse viajar a la última cita en Okinawa (Japón) que tuvo lugar este fin de semana. El reglamento de la Liga Mundial, donde se conoce las dificultades de muchos karatekas, les obliga a acudir a un mínimo de seis torneos si quieren proclamarse campeones. Aunque a más pruebas, claro está, más posibilidades de escalar posiciones.

«Además, estar en el club es una tranquilidad porque te tratan como lo que eres, un deportista bueno el cual tiene que ir a buenos hoteles, estar bien descansado y solo preocuparse de competir», señala.

A día de hoy, el bonaerense está a la expectativa de renovar con ellos. Espera que se amplía en el terreno de la Federación: «No sabemos con qué condiciones vamos a entrar ni cómo se nos va a tratar en estos tres o cuatro años. No sabemos si vamos a ser deportistas olímpicos con todas las de la ley y vamos a entrar en el programa ADO», dice.

Pese a todo, lo que más le importa es que Tokio 2020 suponga un impulso para su disciplina. «Creo que va a ser clave para que sea más mediático, para que la gente lo conozca y para que sepa bien de qué se trata. No que digas kárate y se crean que solo es pegar una patada. La clave es que esté en boca de todos para que se favorezca también la entrada de sponsors privados y que no tengamos que tener un trabajo y estar entrenando».

Ahora, Quintero asegura que su principal objetivo es quitarse la espinita del oro individual en el Campeonato del Mundo que se celebra a final de este mes en Linz (Austria), siempre sin dejar de tener la mirada puesta en Japón. «A partir de enero, serán más de tres años duros de entrenamientos. A pesar de mi edad -tiene 32 años- me veo capacitado, con ganas y con ilusión por llegar».

 

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Damian Quintero Diario El Mundo